“El kirchnerismo nos suicida social, política y económicamente”

El editorial de Pablo Rossi calificó el acto kirchnerista en Plaza de Mayo como “una orgía de una secta que hoy tiene el poder pero que está dispuesta a inmolarse y a quemar a todos sus feligreses”.
Pablo-Rossi

Por Pablo Rossi *

Siempre es la fiesta de Cristina. Siempre es el montaje de la arquitecta egipcia. Ellos creen que ganan con este tipo de actos. Yo creo que nos suicidan social, política y económicamente. Nada bueno va a surgir de ese acto. Y no porque ese acto tenga consecuencias per se.

La fiesta de la democracia del pasado viernes ha sido una orgía de una secta que hoy tiene el poder pero que está dispuesta a inmolarse y a quemar a todos sus feligreses con ellos adentro. El dogmatismo kirchnerista cristinista se ha comido al peronismo hace rato. Los peronistas pragmáticos se acabaron.

https://youtu.be/L9dkkeHx5Yc

El peronismo unido ha sido derrotado. Y aún derrotado, cree que puede. Y avanza. Y lleva a su gente. Pero al precipicio. Lo que pasa es que es gobierno y a 20 años de 2001, coquetean con la catástrofe. De lo que se dijo el 10 de diciembre de 2021 en la plaza, no hay nada que pueda ser tomado como una señal de supervivencia política.

La información que me llegó de fuentes que estuvieron cerca del intercambio de algunos números entre el Gobierno y el FMI es toda mala noticia. No tanto por la distancia que hay entre los números sino por cómo los países que integran el board del FMI ven a este gobierno de Cristina. Lo ven perdido, dogmático, inflexible y desorientado.

No hay ningún ajuste por delante, dijeron Alberto y Cristina. ‘Con el hambre del pueblo no vamos a pagar’. No hay forma de acomodar los números. No hay chance de salir de los 1700 puntos básicos de riesgo país, de estar afuera de los mercados internacionales, de estar con un 60% de inflación por delante sin ajustar el costo de un Estado estafador y de un Banco Central que se empeña en devaluar la moneda.

El Banco Central decide voluntariamente devaluar la moneda que emite. Se va a caer al cuarto subsuelo la demanda de dinero. Esto no presagia nada bueno para el país. Y no es agorerismo. Es simplemente la inercia de un proceso explosivo de la economía que la política no está dispuesto a torcer. Es pura dinámica.

No sé si será un Rodrigazo. No sé si será una hiperinflación. No sé si será el Plan Primavera. No sé si no será una mezcla. A lo mejor será nada de lo que conocimos. O una lenta implosión como Venezuela. Pero nada bueno sale de la celebración facciosa del viernes pasado.

Ese día hubo una apropiación de la democracia. Fue una impostura de una fuerza política que no invitó al pueblo argentino a la plaza. Se autocelebraron, se autopremiaron y se autodisculparon de las afrentas propias. Saben que están débiles y que el peronismo unido sacó el 32% y que el 68% miraba estupefacto estos rituales suicidas que se dieron en Plaza de Mayo.

La democracia no estuvo de fiesta en Argentina. La fiesta fue de esta facción sectaria que hace 18 años se apropió culturalmente de la convivencia política con la anuencia de muchos factores de poder. La pregunta de fondo no es cuánto poder le quede a la secta sino cuánta capacidad de contrarrestar la locura tenga el resto de la clase política.

Mientras tanto, los radicales están peleando quioscos inmundos. Sillas simbólicas que no valen nada. Están regalando el poder a los que saben manipularlo hasta el final. A 20 años de la caída de de la Rúa, los radicales parecen no haber aprendido nada.

Y los radicales son Juntos por el Cambio. Y Juntos por el Cambio, que viene de una victoria electoral contundente, se va a tener que plantear seriamente qué van a hacer en el Congreso de la Nación para frenar la locura de los que se quieren suicidar.

No hay nada para celebrar. Hoy la democracia argentina con 50% de pobres, con más de 50% de inflación, con 3.800.000 jóvenes en la pobreza, con cada vez más jóvenes que ni trabajan ni estudian, con 22.000.000 de cheques emitidos por el Estado para sostener en forma parasitaria a los que no tienen horizonte, está de luto.

*Editorial de Pablo Rossi en Hora 21 por La Nación Más.

Quizá te interese